Hasta la hora de la comida, el cuerpo sigue aprovechando la grasa que ha recibido en el desayuno. Así que ahora es una buena idea darle a tu cuerpo algo que sea bajo en calorías y que no contenga mucha grasa. Ahora es el momento en que debes intentar reducir un poco las calorías. Cuando tu objetivo es quemar grasa, tienes que ajustar las porciones de lo que comes para señalar a tu cuerpo que se están realizando cambios en tus hábitos nutricionales. Intenta evitar caer en la trampa de las dietas, es decir, reducir drásticamente tus calorías de forma repentina. Céntrate en cambio en una reducción lenta y constante, con el objetivo de ingerir menos calorías de las que tu cuerpo quema en un día. Reducir tu consumo de calorías entre 300 y 400 calorías al día suele ser suficiente para conseguir una pérdida de peso gradual y sostenible. A continuación te ofrecemos cinco sencillos consejos para reducir tu consumo de calorías.
Brócoli, pimientos, tomates o espinacas: las verduras son tus amigas quemagrasas. Ayudan a desintoxicar el cuerpo, y además están llenas de vitaminas y fibra, pero con pocas calorías. Son especialmente beneficiosas las alcachofas y el hinojo. Ambos son potenciadores de la quema de grasas, que mejoran la digestión y limpian el hígado y la vesícula biliar.
A la hora de comer somos especialmente vulnerables a experimentar fatiga: somnolencia, pérdida de motivación y sensación de agotamiento cuando ni siquiera hemos llegado a la mitad del día. Lo que nuestro cuerpo necesita en ese momento es un estímulo, y los carbohidratos saludables son la mejor manera de conseguirlo. Sin embargo, una enorme porción de pasta o arroz o una generosa ración de patatas gratinados no te proporcionarán el estímulo que buscas; de hecho, podrían cansarte aún más. Comer una ración sensata de pasta con verduras o unas patatas (comidas con piel) son opciones más saludables y ricas en fibra. La fibra entra en el torrente sanguíneo lentamente, por lo que nos permite sentirnos llenos durante más tiempo. Otra gran opción es el arroz integral, que desintoxica y tiene propiedades diuréticas.
Para los que disfrutan de la carne, almorzar un tierno bistec de cuadril es una excelente opción. Esta carne es magra y con poca grasa, estimula el metabolismo y ayuda a aumentar la masa muscular. Sin embargo, la carne no es imprescindible: el tofu es una gran alternativa y complementa bien las verduras y otros ingredientes. Además, es extremadamente bajo en calorías y tiene un efecto muy beneficioso para el metabolismo. Aquí tienes un pequeño consejo para sazonar el tofu y la carne: Utiliza generosamente chile, pimienta y especias como la cúrcuma y el pimentón. Todas ellas son estupendas para aumentar tu capacidad de quemar grasa y poner tu metabolismo a toda marcha.
Es fácil olvidarse de beber, especialmente cuando estás en el trabajo y muy concentrado en una tarea. Afortunadamente, tu pausa para comer te proporciona la oportunidad perfecta para mantener que tu cuerpo esté bien hidratado. El agua mantiene a tu cuerpo quemando grasa: sin suficientes líquidos el cuerpo no es capaz de generar energía a pleno rendimiento. El agua mineral con gas, rica en calcio, estimula especialmente la quema de grasas. Si quieres perder peso, beber 1,5 litros al día puede ayudarte. Consejo: Aumenta el factor de sabor añadiendo limón o pepino a tu agua.
Es importante hacer elecciones sensatas para la comida del mediodía. Cuando estás sometido a mucha presión en el trabajo y estás sentado durante mucho tiempo delante del ordenador, tú y tu cuerpo necesitáis realmente este tiempo de descanso. Aprovecha esta pausa para alejarte de tu escritorio y comer un almuerzo saludable para mantener en marcha el mecanismo de quema de grasa de tu cuerpo. Prepárate la comida en casa por la noche o por la mañana antes de ir a trabajar, o busca restaurantes cerca de tu lugar de trabajo que ofrezcan comidas sabrosas y saludables.